viernes, 6 de marzo de 2009

Un final Alternativo paraToy Story


En el extremo del mundo, en un lugar cuyo nombre es desconocido para los seres de carne, se escuchó la historia más escalofriante que conservan en la memoria los juguetes del mundo. El hecho, como muchos otros, comenzó con una pequeña rebeldía a las antiguas leyes del concejo de los milagros. Algunos juguetes, liderados por un vaquero de nombre Woody, se revelaron contra un niño que tenia la mala costumbre de mutilarlos, y esto culminó en un ataque de pánico y paranoica que apagó la vida del infante. Los juguetes, creados por idealismo y hechos, por lo tanto, idealistas, poco soportan la crueldad contra ellos y contra otros, y tienden a revelarse constantemente, sin causar demasiados traumatismos, exceptuando muertes aisladas y pequeños e insignificantes ataques de pánico. Este acto, heroico para algunos y arrogante para otros, se comentó en los pasillos del consejo, en las jugueterías, baúles, repisas de muñecos, y fabricas del mundo, con reprobación, pero igualmente con indiferencia; el damnificado, que siempre fue odiado en secreto, fue responsable por muchos años de varias muertes y mutilaciones de criaturas muy queridas por la comunidad. Según sabía el concejo, su vida había terminado dos años después del incidente en un hospital siquiátrico de la ciudad. en su locura, decía que los juguetes lo perseguían a donde decidiera ir, y decía que en las noches escuchaba gritos de niños, juguetes, muñecas, dinosaurios y voces de criaturas minúsculas, que le cuestionaban sus actos contra ellos, insultándolo e incitándolo a suicidarse. El consejo, en base a las pruebas, determinó que los culpables no eran los juguetes antes mencionados, si no el sentimiento de culpa, enloquecedor en los jóvenes de esa edad. Por muchos siclos lunares el mundo no supo nada del asunto hasta que un último detalle, omitido en las narraciones locales y desconocido completamente por los cronistas, llegó por boca de un Gnomo viajero llamado Arthius, que recorrió el mundo trayendo noticias de todos los lugares en donde habitara alguno de los antiguos miembros de la Corte de los juguetes. Su narración, aun después de diez años, no ha dejado de ser escalofriante. La rebeldía de aquellas criaturas había llegado al límite insospechados; pues primero, y bien sabia la corte, habían decidido mostrarse a un niño que tenia la mala costumbre de destruirlos y mutalizarlos. Luego, algunos años después, habían esclavizado a su dueño, incapaces de aceptar que este había crecido y ya no les necesitaba.

Bien sabe la corte que el ocaso de un juguete es uno de los eventos mas desoladores que conoce su universo. Pues su diseño, su construcción, los hace casi inmortales, mientras que su vida útil, al lado de un niño, no pasa de los cinco años solares. Un juguete se ve obligado a pasar la mayor parte de su vida en el olvido, desechado de la mano de los niños, para los cuales fue construido. La locura se apodera de algunos, pues esta no es exclusiva de la carne; woody, aquel juguete que pudo revelarse impunemente de las leyes que gobiernan la magia, fue arrojado a una caja cuando su dueño, de nombre Andy, cumplió dieciséis. Sus compañeros, los que quedaban, se fueron con él, pero pronto el hastío y la angustia se apoderaron de la conciencia colectiva. Los años pasaron y la demencia de woody se hizo insoportable; abandonados, luego de entregar su vida, su juventud y sus partes, y concientes de que las leyes del concejo no son infranqueables, decidieron revelarse.

Cuando Andy dormía, lo ataron a la cama, y amordazaron su boca. Woody se subió a su pecho, y le reclamó por abandonarlos a la oscuridad durante tanto tiempo. Ellos lo amaron como a un hijo durante toda su existencia, Dijo Woody en medio de lágrimas y gritos enfurecidos, pero ahora solo eran para él basura vieja que se amontonaba en el armario. El abandono, el hecho insoportable de pasar su vida en una caja oscura, atormentados por los recuerdos felices y por momentos que ya no existían, era algo computable con el infierno humano. No podían creer que Andy, su adorado Andy, los olvidara. El amor para una criatura casi inmortal es algo igualmente imperecedero; La única conclusión a la que llegaron, a pesar de lo doloroso de su significado, fue que aquel adorable niño jamas los amo, nunca conoció el amor y por lo tanto, ellos fueron engañados; amaron en vano. El castigo, determinado por unanimidad, fue simple. Ya que es demasiado grande para jugar con muñecos, ellos le cortaran las piernas; así tendrá La libertad de ser un niño eternamente.

El concejo decidió que a futuro toda violación a las leyes de la magia y del milagro sean castigadas con toda la severidad posible, con el fin de no permitir que hechos como el de Andy y woody sean repetidos en el futuro.

Oscar Corzo

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