viernes, 11 de diciembre de 2009

COLUMNA SEMANAL

TEMAS DE ANALISIS

 

Cambiemos la Píldora del Día Después Por el Condón.

 

(Por: Santiago Villarreal Cuellar)

 

La propuesta hecha por el candidato presidencial Rafael Pardo Rueda, relacionada con el suministro de la píldora del día después, a las adolescentes menores de quince años, si él llega a la primera magistratura de Colombia, desató un interesante debate nacional. Pero son más los ríos de demagogia que han corrido, tanto de aquellos que se declaran partidarios de la propuesta, como de quienes se oponen a la misma.

Tengo que afirmar, desde mis modestos conocimientos, que la propuesta tiene buenas intenciones en su forma, pero la considero perjudicial en el fondo y así se lo haré saber al señor Pardo Rueda, a quien me permitiré expresarle mi opinión.

Estoy plenamente de acuerdo, que los pre-adolescentes y las pre-adolescentes, no solo deben ser educados sexualmente, en anatomía de sus órganos reproductivos sino fundamentalmente, en las diversas formas de ejercer y disfrutar de su sexualidad con responsabilidad, conociendo plenamente los diferentes métodos anticonceptivos que sean efectivos en un noventa y nueve por ciento, con el propósito de garantizar que las niñas no queden embarazadas a muy temprana edad. Es decir, cuando todavía no están preparadas para ejercer el delicado rol de madres, ni los chicos tampoco lo están para ejercer el papel de padres responsables.

Estudiada la propuesta de la píldora del día después, no dejo de calificarla de machista. En una sociedad como la Latinoamericana, donde antropológica y culturalmente se ha educado a hombres y mujeres con criterios machistas, esta propuesta va dirigida a que la niña es quien debe "cuidarse" de un embarazo no deseado, relevando la responsabilidad de los muchachitos, para que ellos sí puedan disfrutar de su sexualidad, sin asumir el papel que les corresponde. Se retrocede a los tiempos en que el macho podía hacer en materia de sexo lo que se le viniera en gana, y la mujer desempeñaba un papel de pasividad, corriendo con toda la responsabilidad de su sexualidad.

Ahora, desde la parte de la salubridad de la mujer, el uso de la píldora del día después tiene serios riesgos. La substancia genérica de este medicamento es el Levonorgestrel, que es generalmente el que se usa para la elaboración de la mayoría de anticonceptivos orales. Solo que esta píldora contiene unas dosis altísimas del genérico, cuyos resultados son abortivos. Si se analiza la cantidad de relaciones genitales que una adolescente pueda tener en una semana, me atrevo a pronosticar, que por lo menos en promedio tendría que tomarse dos píldoras semanales. De ser así, esto acarrearía serias consecuencias para su salud, pues todo medicamento abortivo produce bastante sangrado en la mujer que lo consume, además que clínicamente se ha demostrado otros malestares como, dolores en sus pechos, mareos y otras molestias menores. Por esta razón, dicha píldora debe ser suministrada, preferiblemente bajo prescripción medica.

Pero como la propuesta tiene el noble propósito de evitar embarazos no deseados en las adolescentes, yo propongo mejor el uso del preservativo o condón, con el cual no solo se evita el embarazo (posee una seguridad del 99%) sino que además previene a la pareja de adquirir algunas enfermedades de transmisión sexual (venéreas, sífilis, sida) con lo que se estaría matando varios pájaros con un solo tiro. Además, desde jóvenes, se les debe inculcar a los varones, que la responsabilidad en el ejercicio de la sexualidad, no le corresponde solo a la mujer, sino que ellos, como hombres y en aras de la igualdad de género, deben contribuir con su grano de arena, cuando de disfrutar del placer con otra persona se trata.          

En conclusión: es mejor entregar condones a hombres y mujeres, menores de quince años y mediante una buena pedagogía culturizarlos para que los usen, que entregar la nociva píldora para el día después.

Pitalito, diciembre 12 de 2009.

 

 

 

 

 

 

 



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