jueves, 29 de mayo de 2014

De Jairo Oliveros Ramírez. De sacrificios y altares




Apreciado Nairo Alexander Quintana,

el otro día me llamó una amiga, Edith Vargas Muñoz, a ella no le gusta el ciclismo, a ella le llama la atención la euforia de los colombianos por los triunfos de los ciclistas colombianos en Europa y en especial sus triunfos en el Giro de Italia; y me llamó para que escribiera: “mientras nuestros dirigentes se cubren de lobo, tu nos cubre de gloria” deportiva y felicidad.



Lo mismo sucedió el otro día cuando Colombia clasificó al mundial del Brasil, los colombianos salieron a las calles a celebrar con euforia, con alegría, gente llena de felicidad, como si se hubieran ganado la lotería, como si hubieran encontrado un tesoro.



Cuándo harán lo mismo, cuándo saldrán por las calles a gritar con euforia, a celebrar las decisiones y las leyes que aprueban los senadores de la República de Colombia. Cuando eso ocurra ya no habrá pobres ni pueblo.


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