viernes, 8 de julio de 2011

MACHU PICCHU, UN SANTUARIO HISTÓRICO DE LA HUMANIDAD

Por Santiago Villarreal Cuéllar

Machu Picchu (del quechua sureño machu pikchu), quiere decir Montaña Vieja y por este mes de julio se celebran cien años de su "descubrimiento." Coloco entre comillas esta afirmación, porque en realidad esta llacta, construida según los arqueólogos en el siglo XV, fue descubierta primero por los invasores españoles que perseguían los últimos vestigios de los Incas que se remontaron a la región del Cusco. Existen evidencias que esa horda de asesinos españoles que pretendían exterminar las razas aborígenes de toda latino-América, llegaron hasta el Santuario, pero afortunadamente al parecer no destruyeron ese maravilloso legado histórico, como sí lo hicieron con otras joyas de la arquitectura Azteca, Maya, Chibcha, e Inca.

Esta maravilla arquitectónica se encuentra ubicada en la Provincia de Urubamba (en honor al río que lleva ese nombre desde épocas inmemoriales), Departamento del Cuzco República del Perú. La antigua capital de los Incas, Cuzco, cuyos cimientos corresponden a otra obra arquitectónica de de esa misma etnia que aun se conserva en algunas edificaciones, se encuentra a 130 kilómetros de distancia del Santuario de Machu Picchu.

Independientemente de anteriores "descubridores," fue el profesor de historia, norteamericano Hiram Bingham, quien llegó hasta este extraordinario lugar el 24 de julio de 1911, y esa es la razón por la que celebran los cien años del supuesto descubrimiento. En realidad lo que este profesor hizo fue buscar el patrocinio de la Universidad de Yale y de la Fundación National Geographic Society, y saquear los tesoros estatuarios, obras de arte Inca, tumbas con restos humanos y artesanías que aun quedaban en el lugar, empacarlas en cajas y llevárselas a los Estados Unidos, donde aun se conservan en la Universidad de Yale. Según estudios constatados, existen al menos 46.332 piezas que no han sido devueltas al gobierno peruano para que sean nuevamente depositadas en su lugar. Pero aquí se presenta la polémica entre los científicos de la arqueología, porque no se sabe si el señor Bingham y sus ayudantes simplemente recogieron esas maravillas y las empacaron, o lo hicieron técnicamente, es decir, codificando cada pieza, ubicando su lugar específico de encuentro, lo cual facilitará su reubicación el día en que los elementos sean devueltos. Naturalmente no se conoce con exactitud cuantas piezas serán devueltas y cuales están en poder de coleccionistas privados de Europa y Estados Unidos.

En el año de 1983, Machu Picchu fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y el 7 de julio de 2007, fue declarada como una de las nuevas Maravillas del Mundo, en ceremonia realizada en la ciudad de Lisboa, Portugal, la que contó con el voto de más de cien millones de personas de todo el mundo. Sin embargo, sobre esta declaratoria existe otra polémica entre la corriente de arqueólogos que buscan un sentido empresarial a los legados históricos con ánimo de lucro y la otra corriente científica que pretende que estos lugares se constituyan en unos santuarios históricos, que se conviertan en lugares de permanente investigación científica y conservación de los vestigios ancestrales de estas culturas.

Visitar Machu Picchu, es como retroceder en el tiempo y constatar una vez más que nuestros ancestros aborígenes poseían amplios conocimientos en planeación, ingeniería civil, arquitectura y ciencias agrícolas, pues en ese lugar se encuentra las famosas terrazas donde sembraban toda clase de cultivos para alimentar a la población que vivió allí. Recientes investigaciones realizadas por agro-biólogos, demuestra que se cultivaban más de cuatrocientas especies de papa, lo que nos indica la magnitud y variedad de productos con los que se surtían estas comunidades.

Hasta los ingenieros civiles y arquitectos más versados, se quedan maravillados al contemplar las formas estructurales, y se interrogan, cómo cortaron las piedras para posteriormente ser colocadas para darle forma a la construcción, en un lugar geográfico bastante accidentado que ningún constructor de hoy se le ocurriría escoger para plasmar estos edificios, pues serían considerados zonas de alto riesgo. No obstante, para estos constructores no les fue difícil realizar los estudios de factibilidad y levantar estos monumentos, los cuales han resistido todos los embates naturales, incluyendo sismos de gran intensidad, pues ya sabemos por estudios geológicos que esta región de la Cordillera de los Andes registra un alto grado de sismicidad.

Antes que convertirlo en un sitio mercantil, preferimos que Machu Picchu siga siendo un Santuario Histórico de la Humanidad y un lugar donde las futuras generaciones admiren la belleza de una maravilla que refleja la actitud y aptitud de nuestros aborígenes, para borrar de una vez por todas, el falso estigma de que se trataba de unas tribus guerreras e ignorantes.       

    

 


SANTIAGO VILLARREAL CUELLAR
http://nuevaera66.blogspot.com/

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