sábado, 20 de diciembre de 2014

POR JAIRO OLIVEROS RAMÍREZ. DE UNA SOLA VOZ QUE SON VARIAS VOCES

Agradezco a Leonel la deferencia por invitarme a este evento para presentar su otro libro “Viajes más allá de la memoria: Cuentos y relatos”. Un libro siempre guarda, contiene el enigma, el misterio, esos misterios que siempre me han cautivado como en ese misterioso libro y copioso de fantasía de Sthephen King: “La torre oscura”
                                              
Un día cualquiera uno se pierde en el camino; llega el momento que se desvanecen los aromas; los sueños se quedan en los recuerdos; las palabras se quedan en la memoria cuando sus sonidos conservan el ímpetu de una nostalgia, de  una sonrisa y guardan los rastros de la historia. De esta manera uno inicia el recorrido por “Viajes más allá de la memoria. Cuentos y relatos”. 



Las palabras tienen recuerdos que la memoria guarda y que al primer estímulo las imágenes aparecen, van apareciendo con aromas, con sabores desde el fondo del alma, de ese pasado remoto y siempre presente. De esa manera, percibo estos relatos de Leonel Ramírez Cerquera.  Los recuerdos se organizan desde las emociones y éstas brincan al papel y el papel con la escritura se va llenando de recuerdos, de imágenes, de historias y sentimientos; de olvidos y angustias; de nostalgias y tristezas

La escritura ordena el pensamiento nos recuerda Walter Ong en “Oralidad y escritura” y Leonel ordena el pensamiento, el mundo desde sus viajes, con sus impresiones que se registran en la escritura. En cada relato aparece una concepción de mundo, de individuo: masculino, femenino y desde ellos nos presenta una ideología que alcanza un ambiente tenso, un ambiente y personajes ambiguos que se mueven con propiedad. Aquí, la palabra oral, las historias quedan petrificadas en la escritura, y, lo hace para recuperar el pasado, la intrahistoria.

Ya Carlos Fuente nos recordaba que Max Jacob dijo que “En materia de estética nadie es nunca profundamente nuevo. Las leyes de lo bello son eternas y los más violentos innovadores se les someten sin darse cuenta –se les someten a su manera y ahí está el interés”.


En este trabajo se aprecia indagación, consulta, seguimiento. Son textos que recuerdan a Mario Mendoza con “Satanás”; a Santiago Gamboa en “Perder es cuestión de método”. En ellos confluyen ese pasado de zozobras, temores y sobresaltos. Hay ansiedad, anhelos que se esfuman, y, la prosa se va extendiendo, o se encoge en agonías y pesadumbres. Son los resultados de consultas, trabajos, indagaciones; de escuchar, u observar escenarios como lo recomendaba Ernest Hemingway.   

Y, en esa indagación nos lleva al sendero de Miguel Ángel Asturias en “Hombres de maíz”; en los mismos matices de hechos impredecibles y tal vez negaciones de llegar a ser como perdidos de la ausencia del otro como Hamlet o el Rey Lear de Shakespeare.

Y, es que a veces uno se topa con Ann Cameron en “El lugar más bonito del mundo”, donde se desborda el dolor, el abandono, el olvido tanto del ser humano como de la historia con un lenguaje sencillo que ronda ese sesgo coloquial que se percibe y nos recuerda “Viajes más allá de la memoria” porque se percibe circunstancias que conmueven como este pasaje “…Antes de ejecutarme quedaron mis oídos sordos y mis ojos vendados. …me negaron el cuerpo del cerebro…Solo cuento con mi voz del alma” y más adelante “…soy el único viviente que habla”. (pág. 21). Leonel  Ramírez nos recupera el pasado. Luego cómo callar los hechos que la literatura, el arte recupera como se evidencia en la pintura de Osvaldo Guayasamin; en Phanor Satizabal. Todo está latente, está ahí. La historia del padre es la historia del olvido en “Un sueño de vida” como la tragedia griega, Antígona de Sófocles o como otras tragedias que permite recordar “El burlador de Sevilla”. Aquí, en “Viajes más allá de la memoria” está la sensualidad desde el ambiente popular en un lenguaje directo y en la misma voz de sus protagonistas. También nos permite recordar a Jean Marie Gustave Le Clézio con “La cuarentena”


Por eso hay voces, la multivocidad, varias historia se tejen en varias voces para relatar la tragedia que han padecido, que han asumido para continuar frente a la vida con sus mismas dificultades y conflictos. Historias polisémicas, plurisignificaticas, equidistantes. Allí se encuentran presente acontecimientos que son de diario acontecer, historias cercanas y lejanas a nuestra vivencias, a nuestras angustias y tristezas. El amor, la fortuna, la derrota, la ilusión   se entretejen con las mismas voces de sus protagonista y este es un gran logro del autor porque se percibe en una sola voz al narrador y al personaje, el personaje que relata su tragedia quitando ese derecho al narrador, pero que en otros relatos se vislumbra una lucha por el protagonismo entre narrador y el personaje. Esto es bastante sutil en los relatos.

Ahí está el relato que nos recuerda la tragedia de Armero, otro relacionado con el ambiente escolar y la sospecha de la incógnita. Los años cargados de sabiduría, de nostalgia y recuerdos. La ambigüedad del género y esa fortaleza masculina. La ternura e insistencia por una mascota. La dicotomía entre Rosario y Esteban; el encuentro entre Sebastián y Virginia. Y los otros caminos que recorre Leonel para descubrir aromas, colores y sabores como aquellos encuentros por el sur de América Hispánica. Ese Chile distante y cercano en aquellas ideas que nos acercan; aquel Perú ancestral de ideas y luchas por nuestro mundo, aquella Argentina de San Juan que pone de relevancia al Domingo Faustino Sarmiento. En aquellos países se fue de viaje por colegios para compartir con niños y niñas la magia de la palabra, el ritmo edénico de las voces como improntas en la escritura.

En todos esos mundos y en esos viajes se presentan en textos, en lecturas rápidas, sin sobresaltos o mejor de sobresaltos de emoción, de reencuentros, de agonías y tristezas y alegrías para recuperar la memoria, parte de nuestra vida y usted como lector está invitado a participar, a conocer como se tejen las palabras, cómo se construyen estos ambientes, los personaje y acontecimientos. 



lunes, 15 de diciembre de 2014

Por J Oliveros R. Un encuentro

  La mirada se pierde en el silencio de la noche, las palabras arden en el corazón de las tinieblas, brincan al calor de la llama que relampaguea, buscan un abrazo
 
 Voy por un camino de estrellas que me abrazan de alegría con la misma fuerza que ilumina las velitas la noche, el olvido y el silencio
 La noche se ilumina con las luces, con las personas y los niños abrazan de alegría
 los niños transmiten, contagian de felicidad los rostros de la tristeza
Muchos. muchos sonrien y comparten

lunes, 13 de octubre de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez. Así se pierde


Hay días como  hoy cuando la vida se ahoga en un desastre. Del vientre brotan naufragios, espantos y cataclismos; se siente que la vida se derrumba, que no hay esperanza. Es algo que brota desde el fondo del cuerpo. Uno siente que no tiene caso la vida. Todo se acaba en un instante doloroso. La vida es un ir y venir. ¿Cómo harán muchas personas para vivir felices, para sentir alegría, felicidad?
La melancolía es un dolor de vida, es una ausencia, un olvido de uno mismo. Me siento sin mi, me falta el otro para que pueda fortalecerme. La vida se deshidrata, a la vida le falta vida. Los sueños no tienen imágenes, el aire no tiene sabor, ni el aroma tiene viento para navegar. Así pasa con la vida, no tiene la fuerza del viento, el sabor del aroma, los colores del viento y el agua. Y, la vida está ahí para seguir navegando o para naufragar. La vida entre vivir y padecer. Pero llegan momentos que se sienten en el estómago y que sacan la tristeza, la angustia, la zozobra y la soledad como si la vida fuera eso, solo eso

lunes, 6 de octubre de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez. Ritmos de ayer y de hoy



El próximo fin de semana, el gran evento múscial que reune a varios grupos musicales de Colombia e Hispanoamérica. El encuentro tendrá lugar en la Cámara de Comercio en Piatlito, Huila a partir de las 7:00 de la noche. Todos están cordialmente invitados, una función para deleitar el espíritu y que cada año adquiere relevancia por la calidad de los participantes y porque recupera  nuestros ritmos musicales, y parte de nuestra historia.

INVITA: Fundación Tierraviva
LUGAR: Cámara de Comercio
CIUDAD: Pitalito -Huila-
FECHA: Sábado 11 de octubre
HORA: 7:00 P.M
EVENTO: 8o Encuentro Nacional de Músicas Tradicionales y muestra Internacional RE-CUERDAS..



jueves, 25 de septiembre de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez. Recordando a José Eustasio Rivera




Agrego la siguiente nota que llama la atención porque son argumentos de quien logra expresar algunos percepciones y apreciaciones de la grandeza que se evidencia en la novela del vate por su lenguaje, porque encuentra en el lenguaje y la narración algo esencial  como es el ritmo vital, el tono vigoroso que es difícil mantener a lo largo de una novela y solo pueden lograrlo los grandes como nuestro novelista. Transcribo un pasaje del ensayo de Edmundo Chasca “El lirismo de La Vorágine, texto compilado por Monserrat Ordoñez Vila

“Al contrario dela malevolencia de la selva, el llano ha sido personificado con rasgos que captan el amor de sus criaturas humanas, quienes dicen del sol, del viento y de la tempestad que son sus hermanas (p. 21). Si cuando se describe la selva las imágenes representan tormentos humanos en un medio  limitador porque es vertical (“¡tú me robaste k sueño del horizonte!”) (p. 119), las del llano celebran la pujanza de la vida e un medio libertador porque es horizontal. Dantescan y estremecedoras aquéllas, son estas homéricas y vigorosas:

Ni la mula cimarrona que manotea espantada, ni el tigre que se le monta en la nuca, ni el toro salvaje que brama recorriendo el circo apenas le clavan las banderillas, ni el manatí que siete el arpón, gastan violencia a la de aquel potro cuando recibió el primer latigazo (p.50)

ORDOÑEZ VILA, Monserrat. (1987). LA VORAÁGINE: Textos críticos ( Compilación), 1ª Ed, Alianza Editorial Colombiana,  Bogotá. p. 245 - 246.


domingo, 24 de agosto de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez. Recordando a José Eustacio Rivera



"...Luego empezaron a girar sobre la arena en moroso círculo, al compás de los fotutos y las cañas, sacudiendo el pie izquierdo a cada tres pasos, como lo manda el rigor del baile nativo. Parecía más bien la danza un tardo desfile de prisioneros, alrededor de inmensa argolla, obligados a respirar una sola huella, con la vista al suelo, gobernados por el quejido de la chirimía y el grave paloteo de los tamboriles. Ya no se oía más que el son de la música y el cálido resollar de los danzantes, tristes como la luna, mudos como el río que los consentía sobre sus playas. De pronto, las mujeres, que permanecían silenciosas dentro del círculo, abrazaron las cinturas de sus amantes y trenzaban el mismo paso, inclinadas y entorpecidas, hasta que con súbito desahogo corearon todos los pechos ascendente alarido, que estremecía selvas y espacios como una campanada lúgubre: ¡Aaaaay!... ¡Ohe!..."
En José Eustasio Rivera: La Vorágine, El Ancora Editores, Bogotá, 1997, pág

martes, 5 de agosto de 2014

domingo, 27 de julio de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez. Son noventa años.



 

Cuando una novela pasa el umbral de los cincuenta años comienza a generar pensamientos que orietan el camino, la vida. Así ha pasado con "La Vorágine", la novela del escritor José Eustasio Rivera, creció y se ha construido su propio camino. Ha dejado y sigue dejando huella, generando expectativas. Monserrat Ordoñez en "La Voradine: textos críticos" presenta una compilación, como un homenaje a "La Vorágine" y a J. E. Rvivera,  con una variedad de textos que exaltan su grandeza y calidad. Eduardo Neale Silva nos recrea en "Horizonte Humano Vida de Jsoé Eustasio Rivera.". Otro tanto realiza Isaías Peña Gutiérrez en "Breve historia de José Eustasio Rivera". Aquí presentamos un pasaje que nos muestra esa actitud humana que la hace universal entre otras facetas.

"...La lámpara de encandilar murciélagos latía como una víscera. El equipaje, intacto. La hamaca, aún tibia, estaba repleta de mantas y cojines, para simular bajo el mosquitero un cuerpo dormido; aquí las chinelas de piel de tigre; allá la colilla del último cigarrillo, humeando todavía en el rincón. Estos detalles nos permitían respirar con sosiego. La madona no había salido para escaparse, pero debíamos vigilar.

"En la noche siguiente dimos comienzo a nuestros planes: Franco y Heli, con taparrabos y con fardo al hombro, entraron desnudos en la fila de los cargadores, por conocer la ruta del incógnito puerto y atisbar  las maniobras de los aborígenes. Mientras tanto, Ramiro entretuvo  al Váquiro en su caney y yo pasé la noche con Zoraida. Sobrevino una imprevisión adversa o propicia: los perros, viéndose solos, cogieron el rastro de mis compañeros y encontraron a su antigua dueña, que, mañosamente, se los llevó, sin decir palabra" Ancora Editores, 1997, p260.

Y dejamos ahí para seguir buscando otras razones y huellas que nos decubra el pensamiento de J. E. Rivera.  

sábado, 14 de junio de 2014

Por Jairo Oliveros Ramírez: ¿De tono dudoso?



 
 
 Andan por ahí algunas palabras que para muchos tienen ese tono del insulto, de la desgracia; palabras que ridiculizan. Palabras que se van escuchando por ahí, que van rodando de calle en calle, de boca en boca; palabras que dan rienda a los impulsos y que se suelta por ahí. Palabras que causan escozor, vergüenza y que están relacionadas con  personas que desempeñan un oficio pero que no están avaladas por el sistema o la academia. Son palabras que se refieren a personajes de la vida pública y se usan para referirse a quienes practican conocimientos que son dudosos porque no los respalda una marca, un sello, la academia. Pero hay quienes se creen propietarios de esas palabras.


Y hay dos palabras que me llaman bastante la atención por su grandeza, por ese aroma ontológico que se levantan desde sus escombros, o más bien desde el pasado y que son al mismo tiempo un desafío social. Son palabras altaneras para los encopetados del lenguaje, para los puristas. Sin embargo, estas palabras ya incursionaron en nuestro medio para enriquecer nuestro lenguaje y que se van purificando con el tiempo. Esas palabras se utilizan para el insulto, para desafiar y retar al oponente. Pero hay algo detrás de esas palabras: la sabiduría, el conocimiento social, político, terapéutico, ancestral entre otras, y ellas son: guaricha y tegua.






jueves, 29 de mayo de 2014

De Jairo Oliveros Ramírez. De sacrificios y altares




Apreciado Nairo Alexander Quintana,

el otro día me llamó una amiga, Edith Vargas Muñoz, a ella no le gusta el ciclismo, a ella le llama la atención la euforia de los colombianos por los triunfos de los ciclistas colombianos en Europa y en especial sus triunfos en el Giro de Italia; y me llamó para que escribiera: “mientras nuestros dirigentes se cubren de lobo, tu nos cubre de gloria” deportiva y felicidad.



Lo mismo sucedió el otro día cuando Colombia clasificó al mundial del Brasil, los colombianos salieron a las calles a celebrar con euforia, con alegría, gente llena de felicidad, como si se hubieran ganado la lotería, como si hubieran encontrado un tesoro.



Cuándo harán lo mismo, cuándo saldrán por las calles a gritar con euforia, a celebrar las decisiones y las leyes que aprueban los senadores de la República de Colombia. Cuando eso ocurra ya no habrá pobres ni pueblo.


domingo, 11 de mayo de 2014

Jairo Oliveros Ramírez. Recordando a José Eustasio Rivera En los noventa años de ser publicada La Vorágine






Otro pasaje para tratar de detectar ese tono intenso entre narración, realidad y fantasía que se extiende en el tiempo, en un ambiente como tenso... Ahí quedan estas palabras que hacen de esta narración un mundo que aún nos sigue como nuestra propia sombra.

   “Asomándome a la ventana del corredor, donde parpadeaba una lamparilla, vi arremolinarse en la oscuridad del rebaño de detenidos, recelosos de desfilar por la hórrida puerta, escalofriados por la intuición del peligro cruento, erizados como los toros que perciben sobre la yerba olor de sangre.

“¡A bordo, muchachos!”, repetía la voz cavernosa, desde el otro lado del quicio feral. Nadia salía. Entonces la voz pronunciaba nombres.

   “Los de adentro intentaron una tímida resistencia: “¡Salga primero!” “¡Al que llaman es a usted!” “¿Pero por qué me acosan a mí?” ¡Y ellos mismos se empujaban hacia la muerte!

   “En la pieza donde estaba yo comenzaron a descargar bultos y más bultos: caucho, mercancías, baúles, mañoco, el botín de los muertos, la causa material de su sacrificio. Unos murieron porque la codicia de sus rivales estaba clamando por el despojo; otros fueron sacrificados por ser peones en la cuadrilla de algún patrón a quien convenía mermarle la gente, para poner coto a la competencia: contra éstos fue ejecutado el fatal designio, pues debían fuertes avances, y, dándoles muerte, se aseguraba la ruina de sus empresarios; aquellos cayeron, estrangulando el grito agónico, porque eran del tren gubernamental, empleados, amigos o familiares del aborrecido gobernador. Los demás, por celos, inquinas, enemistades.