lunes, 24 de diciembre de 2012

Jairo Oliveros Ramírez. Frases ajenas I

Jairo Oliveros Ramírez

FRASES AJENAS I

Hay frases que llaman la atención porque andan por ahí, como esculcando el   tiempo, los hábitos  y costumbres de las generaciones pasadas y presentes. Frases que expresan esa manera de exponer ideas; decir las cosas, los sentimientos y emociones de otra forma y me recuerdan una frase de Charles Chaplin: “el verdadero significado de las cosas se encuentran al decir las mismas cosas con otras palabras” que un día encontré por ahí, en una agenda de esas que obsequian o venden las empresas, y que señalan el destino de pensamientos encerrados en esas palabras que se reúnen para disfrutarlas y con un inmenso contenido ideológico, costumbrista, filosófico si se le puede llamar de esta manera. Estas son algunas.

“Se me cae la cara de la vergüenza” y no es que la cara se caiga, esto sucede cuando nos sentimos abrumados por algo indebido, inconcebible, o concebible de manera exagerada, asombrosa.

“Se quema las pestañas”, de tanto estudiar, leer;  cuando las personas se dedican por el estudio y la lectura y puedes ser porque siente una inmensa necesidad  por el conocimiento; pero sucede que se usa en el ambiente escolar para referirse a los estudiantes que dedican tiempo al estudio, cuando las personas piensan y piensan.

Después volvemos con otras.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

TIENDA DE JUEGOS



(Para leer con los niños)

Por: Nancy Pascuas








Quiero que sepas que podemos hacer muchos juegos antes, durante y después de leer. Así quién no lo hace ¿Verdad? Jugar es un alimento, y si ese juego es con la lectura, el beneficio es triple porque se nutre el cuerpo, la mente y el alma. Por eso te invito a divertirte al máximo.


Consulta datos importantes y curiosos sobre el colibrí. Recuerda que a más conocimientos previos, más comprensión.


En seguida vas a jugar a la predicción e inferencia. Solo  tienes que deducir cuál es la palabra que debes escribir sobre la línea. Hazlo.

 
Sobre la orilla del Yuma, el río de los amigos, había un _________ árbol. Permanecía florecido todos los _____ y meses del año. Era el restaurante de insectos, pájaros y hasta del mismo _______. A él acudían todos en busca de alimento. Su _______ fornido, por el paso de los años, tenía la fuerza suficiente para sostener las ramas. La __________ que proyectaba parecía techo de grandes casas. Era tal su magia que algunos curiosos le llamaban el árbol del ____________, aunque su verdadero nombre era Cachingo.


El Colibrí Pin Pin iba todos los días a saborear los majares almibarados de sus ________. Nunca se preocupó por el alimento porque el Paraíso se lo lo proveía. Allí conoció sus mejores amigos; la hormiguita Tita, el oso de anteojos, el patico colorado y a Valentina, una colibrí esbelta, cuyo vestido poseía visos de mil _________ que resplandecían con la luz del sol.


Valentina llegó al Paraíso una mañana de esas en que el sol madruga. Todos los comensales estaban felices porque se _________ un invierno de dos semanas. Mientras celebraban, apareció imponente, Valentina.


Pin Pin intentó hablarle, pero ella no le permitió el menor ___________. Al día siguiente, Colibrí hizo demostración de vuelo de una forma y de otra. Valentina, después de observarlo, se fue a desayunar y tampoco le ________ la palabra. Pasaron muchos días, ella haciéndose la importante y él intentando realizar las mejores hazañas: volando mejor que nunca hacia atrás, lanzando vuelo perfecto, como los helicópteros


Cansado Pin Pin de la indiferencia, se dio por vencido. Sufrió de escalofríos. El mal genio le trajo tantos problemas que terminó recluido, en un árbol vecino de roble negro donde se fue a sanar las picaduras de una avispa __________ que lo llenó de aguijonazos.

Llevaba ya tres días de convalecencia. Hasta que llegó el remedio: Valentina descendió hasta la rama, lo consoló para contarle que ella correspondería a sus _______ siempre y cuando le prometiera que iba a vivir en paz con los animales que fueran al árbol. Todo fue ternura, todo fue amor.

Un día de sol perezoso, Valentina, se quedó buscando un sitio _________ en el árbol para construir su nido, uno que estuviera cerca de las flores para que sus hijitos apenas pidieran _____ tenerla a la mano, así como había sido la niñez de Colibrí.


Pin Pin voló lejos a buscar la lana de balso para el nido. Duro muchos días perdido en busca de este árbol en vía de extinción como mucho de los ___________ nativos. Por fin encontró las coordenadas. Tomó _____ para volar largo, sin escala. A pesar de la larga jornada lo ________ sus pensamientos de padre. Llegar, contarle a Valentina sobre el sitio donde ______ los balsos. Luego _________ a traer la cobija del nido. Cerró los ojos y voló muy alto, como lo pueden hacer los colibríes.

Llegó al sitio y no encontró donde aterrizar. El árbol del Paraíso lo habían _______. Ya solo quedaba un _______ de encajes de musgos, de cintas de salvajina, chupallas y una gran cantidad de trozos de madera.

Por favor, amigo lector, ayúdale a Pin Pin a encontrar a su familia. Escribe el final y, también, un título atractivo para esta historia.

sábado, 22 de septiembre de 2012


Por Jairo Oliveros Ramírez
RECOMENDACIONES PARA CONSUMIR UNA ASPIRINA
Estos apuntes nacen de una lectura como mágica, como algo fantástica y a la vez sorpresiva porque un día decidí acercarme a este libro y empezar a leerlo como  que si, como que no o como quien no quiere; hacía bastante tiempo lo tenía entre los libros por leer y lo tenía como un libro raro, curioso. Un libro que el propio autor me obsequió hace un par de años y luego descubrí algunas cosas atractivas e interesantes desde mis lecturas, pues llevo leyendo y releyendo bastante tiempo los poemas de “Aspirina al corazón” escrito con entusiasmo, con fervor, pensando casa palabra y cada verbo, cada sustantivo, cada signo de puntuación. Pienso que el escritor pensó y pensó, labró y labró con angustia y dolor, con zozobra y ansiedad cada una de ellas.
Estas notas florecen del Libro de poesía de Joaquín Peña Gutiérrez: “Aspirina al Corazón” de Contracartel Editores, editado en el año 1986 en la ciudad de Medellín. La portada es una portada normal, parece que se elabora sin ninguna pretensión comercial o publicitaria pero es una portada  agradable, normal.
Todos los poemas me despierta los recuerdos, los sentimientos; aquellas pasiones que durante siglos han permanecido escondidas, quizás guardadas, esperando un aleteo de algún colibrí para que nos despierte a la vida, en la vida que al parecer vivimos.
Entonces uno emerge como ese lector adormecido cuando se encuentra con estos versos que siempre están esperando quien pueda leerlos y sostener la lectura poemas tras poema, como si se estuviera leyendo a Pablo Neruda, a Fernando Pessoa, y descubrir que 
 “.................................. El gorrión
me lleva suficiente a la sombra limpia del corral
a descubrir los granos en la tierra
a ser yo mismo mi nido entre hojas
a contar mi propio tralalá.” p77
Y, eso para empezar, porque es el inicio, el principio de sentir aromas, descubrirse niño, adolescente; hallar sueños más allá del horizonte y de qué manera explicar con la palabra aquellos sentimientos que brotan con ansiedad leyendo los poemas de hechos olvidados y que existen en la palabra para seguir escrudiñando el pasado, las heridas.
En “Pacandé” recupera el paisaje, el viaje y evoca la familia. En el cerro de Pacandé “un cucurucho de tierra”, modismo que se vuelve universal para despertar y recuperar el pasado para no olvidar como eran las cosas, la vida. Es un viaje por una parte de nuestra interioridad: la vida, el paisaje, nuestro mundo.
Es la vida que pasa en un suspiro del día, de un viaje; son imágenes del paisaje de la distancia y la soledad. Poemas con ritmos de vida, versos que se extienden y se acortan para medir el furor de las emociones, así como 
“en esta bonita soledad
porque sé que en un momento
corriendo del agua que ya viene
golpearán afanadas a la puerta
y todos
ellos agitados por el fuego
yo agitado por las palabras anteriores
tomaremos un refresco” p43-44
que se expresan en “Despedida” como un adiós para regresar.
A veces me da la sensación que es el despropósito para continuar el viajey sentir que los recuerdos nos alcanzan como sucede en “Mis oraciones” otro poema para la nostalgia y  las evocaciones; de tal manera que
“Este hombre que soy
sin madre por la tierra
cruzándola hasta fin” p31 
Mide el lejano encuentro con el futuro con versos para recordar a esos ancestros que nos acompañan desde siempre.
Me gustan aquellas cosas, aquellas ideas que otros escriben; me gusta esas ideas de Joaquín Peña Gutiérrez que se cuelan en sus versos, me gusta el lenguaje, el estilo; encuentro  aquellas cosas que quiero y disfruto leer y la manera como lo escribe y que no he podido escribir.
También encuentro señas en sus versos, en aquellas palabras que transpiran un lugar que se va perdiendo con el tiempo, y el tiempo parece un hilo como si fuera solo instantes, solo momentos. Hay que encontrarlo. No. Mejor uno se topa con él a medida que se lleva la lectura, se lleva el tono que sostiene cada verso. Y uno descubre ese instante como colgado en un sonido lejano pero permanente como sucede en  “Un minuto”
“Este atardecer parece
que estuviera amaneciendo” p73
Más adelante encontramos una silueta del tiempo como una antorcha en el tiempo de nuestro mundo
“El sol de los venados
No dura más de un minuto
Y lo cierto es esta noche en que me  pierdo” p73
Y también el espacio para recuperar como mi identidad o mis recuerdos que se aprecían a continuación en el mismo poema
“Una alborada de fuego
cubre en uniforme llamarada
los edificios parejos de mi barrio” p73
Encuentro improntas dispersa por las páginas de este libro que merece leerse de manera pausada como si fuera una “Ausencia”, como un yo que transpira altibajos entre el pasado y el presente porque vuelve otra vez el tiempo, ese tiempo marcado por los sinsabores de la historia que aún nos rasga, pues
“Venía sólo corazón con mi corazón solo
buscando para su vida agua y fuego.” p67
Y en estos versos se percibe esa distancia entre el antes y el ahora, es como si
“El alero de tus alas
con una y otra plumas rotas
se extendió sobre mi agua
y el vuelo de una lágrima
se detuvo y respiró
huyendo al aletazo de la muerte.” p67
Entonces, se fusionan ayer y hoy, el antes y después, ausencia que parece ser y tener la sensación de la muerte, del adiós. Una despedida para volver desde el presente al pasado como un eterno retorno para no confundirnos en los rastros de la historia, de nuestra historia que va desde aquí que es el presente hasta el pasado remoto y constante que está lejano.
 Y, por supuesto que van apareciendo entre verso y verso signos que indican nostalgias y otros vestigios, como rezagos de historia de la tierra que no olvidamos para no perder la esperanza.
Aún seguimos buscando el antes y el después como descubriendo misterios para cicatrizar las heridas, la historia.

viernes, 7 de septiembre de 2012


Por JAIRO OLIVEROS RAMÍREZ

Unos sorbos de lecturas

 Tal vez pueda considerarse literatura a las obras relacionadas con la novela, el cuento, el teatro, la poesía; pero ante todo la literatura es creación. Cada obra inventa, crea, desarrollla  un mundo, unos personajes que evolucionan, un ambiente que va con la ideología de los personajes, argumenta un tema, genera un conflicto y el escritor va dando forma todos ellos con el lenguaje. El escritor con el lenguaje va mostrando ese mundo, la manera como los personajes crecen y como ellos construyen su mundo.
 
 La literatura ha creado grandes personajes en la literatura universal. Fernando de Rojas creó el personaje Celestina, Miguel de  Cervantes a Don Quijote, William Shakespeare a Hamlet, Gustave Flaubert a Madame  Bobary, León Tolstoi  creó Ana Karenina. Cada personaje posee sus propias facetas, conflictos y pasiones. Son personajes, como muchos otros, que encierran características  que son comunes a los seres humanos como la ira, el dolor, la angustia, la tristeza
                                                                                     
 La poesía es la  belleza que crea, que inventa el poeta con el lenguaje, con la palabra. La poesía son cantos a la vida, al dolor, a la tristeza y a la alegría; son cantos de ilusiones y desilusiones: la poesía canta aquellas pasiones que los poetas descubren en los comportamientos humanos; en las necesidades de los hombres y mujeres. La poesía es un canto al espíritu de la naturaleza que los lectores perciben a través del lenguaje. El lenguaje crea belleza con la palabra que el poeta utiliza de manera acertada, precisa. Digamos que el poeta, la palabra y la poesía  condensan las emociones, las vivencias y pasiones de los seres humanos. De la gran poesía podemos mostrar una  de la gran poeta nicaragüense Gioconda Belli en este poema que se titula

 

RECORRIÉNDOTE
Quiero morder tu carne,
salada y fuerte, empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo
seguir por ese pecho con que sueñan mis sueños
ese pecho cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.

  

Y, por supuesto, aparecen otros poemas con ritmos que el lector va descifrando y buscando en el fondo de sus emociones como el que se aprecia a continuación.
 
YA VAN MESES HIJITA
 
Ya van meses, hijita
Que no te veo.
Meses en que mi calor
No ha arrullado su sueño
…………………………
¿Cómo explicarte que te estamos haciendo un país nuevo?
 
  Y la manera como va formando concepciones, como va construyendo mundos posibles para el encuentro de género
 
EL HOMBRE QUE ME AME.
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

Ese es el lenguaje que permite descubrir la belleza del lenguaje, la belleza de la poesía. Una poesía para agregar a la vida, porque ella es como expresa Pablo Neruda el “dulce jacinto azul torcido sobre mi alma”; poesía que es vida continuada que se desliza entre los dedos y en cada suspiro para transpirar los sueños que llevamos en las manos y en los pasos de  “Un aprendiz de mago” de Evelio Rosero Diago. Gozar, disfrutar y padecer con la lectura.

                                                            
                  





                                                            

  

martes, 10 de julio de 2012


JAIRO OLIVEROS RAMIREZ
SOLO PARA RESPIRAR 


“Mercedes no sabe escribir  pero lo único que no sabe leer son los libros: lee las cartas, lee el tabaco y el cigarrillo, lee los caracoles, lee el sonido del fuego y la voz del viento, lee la taza de chocolate, no sé si la del té; pero lo que más le gusta y mas domina, es el arte de leer las manos.

 “Lo conoce como la palma de su mano. Línea por línea, de corrido y sin equivocarse, Mercedes lee el pasado, el presente y el futuro, lee los pensamientos, los buenos y los malos; tal vez por eso algunos mal pensados afirman que en su biblioteca no hay un sólo libro pero sí miles de manos…

 “Como ella en diversas regiones del país y en los más apartados rincones del planeta, existen estos depositarios de la memoria colectiva, del saber popular, el vox populi.  Son los abuelos y las abuelas, los yerbateros y las parteras, pastores y sembradores, oficiantes de una tradición que algunos han llamado la literatura de cordel; la tela de donde cortar hilvanada en la trama de la memoria colectiva”. Nos recuerda Luis Liévano Q 
            
 Y, son muchos los escritores de América Latina quienes recrean en sus novelas, en sus obras aquellas historias olvidadas, anónimas como los conflictos que asumen los seres humanos de este continente.

  Hombres perseguidos por la ignonimia y el olvido como los personajes en los cuentos del “Llano en llamas” y “Pedro Páramo” de Juan Rulfo. Mujeres asediadas, y abandonadas a su propio destino que se manifiesta con esos paisajes desolados y áridos como su propia vida.

 Un Julio Cortázar que nos descubre un mundo convulsionado por esas incomprensiones que llevan a descubrir otras facetas en los demás y en nosotros, aquellas pasiones olvidadas que un día descubrimos con nuestros rencores y tristezas.  Ahí, están “Rayuela”, “Historia de Cronopios y  de Famas”, “Bestiario”, “Las armas secretas”.

 El corrosivo e incisivo Juan Carlos Onetti quien en sus narraciones penetra los misterios y avatares del hombre latinoamericano como en “El Pozo”, “Para una tumba sin nombre”, “Tiempo de abrazar”, “Tierra de nadie”, y “Tan triste como ella”. También, en sus otras novelas y en sus cuentos. Podemos agregar que en ellas se conjugan ese espíritu de angustia, tedio, olvido y derrota.

 Otros como Augusto Roa Basto que con su obra “Yo el supremo” nos lleva a recorrer un mundo tumultuoso, un mundo de represión y persecución con la historia  narrada y  recuperada en cada palabra, tal vez como  hace García Márquez en “El Otoño del Patriarca”, el mismo Miguel Ángel Asturias en “El Señor Presidente” y Mario Vargas Llosa en “La fiesta del chivo”. Ellos lo hacen de una manera magistral, con la palabra labrada como el campesino prepara su era para que pueda alimentar, nutrir su cuerpo y su alma. Ideas que se encuentran en “Memorias del fuego” con “Los nacimientos”, “Las caras y las máscaras” y “El siglo del viento”del escritor uruguayo Eduardo Galeano.

  Y la poesía está ahí para mostrar otras facetas de vida latinoamericana. Entonces, aparece Pablo Neruda con “Canto General”. Poesías, como racimos de uvas, cargadas de ese aroma del viento, de ese sabor que brota de la tierra, de ese sueño que florece de la conciencia y de los brazos fortalecidos del trabajo y de la sustancia manifiesta en zozobra del hombre.

 Gioconda Belli que nos recoge el dolor en sus poemas; también nuestros ancestros y la lucha del hombre por recuperar una vida digna, por sueños que maduren los pensamientos para compartir la riqueza de la tierra. Sus sueños de recogen en “Sobre la grama”, “Linea de fuego”, “La mujer habitada”, “Waslala” y otros libros.

 Los  versos que desgarran pasiones en los poemas de César Vallejo. Es que los momentos que se viven no se disfrutan con la mayor intensidad  con que se desea, se sufre y se asume la vida, porque “Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé!; también cuando “Quisiera hoy ser feliz de buena,/ ser feliz y portarme frondoso de preguntas” y otros tantos que nos golpea la miseria a que somos condenados. Y cuando exigimos nuestros propios derechos, estos se convierten en un peligro para nuestra integridad.

 Es agradable encontrar una literatura que reconforta y, al mismo tiempo, recrea nuestra historia, nuestras ilusiones por vivir y seguir viviendo con decoro.


sábado, 5 de mayo de 2012

Por Jairo Oiveros Ramírez
Escritores de gran fondo


Había que ver y disfrutar los programas que presentó Señal Colombia entre las 2:00 P.M y 2:30 P.M y que repitían de 8:00 a 8:30 de la noche, durante el mes de abril. Programas de interés cultural que se necesitan para conocernos. Desde aquí un saludo y una imensas felicitaciones para quien presenta, dirigen Palabra Viva, para Carlos Orlando Pardo y para todo su equipo de trabajo. Un trabajo realizado por profesionales con gusdto de la estética, de la palabra, de la imagen, de argumentos precisos. Para mi ha sido satisfacción escuchar el pensamiento de Eduardo Santa, Héctor Sánchez, Jorge Eliecer Pardo, Benhur Sánchez, y Willian Ospina. Escritores que ayudan a explorar y percibir otras realidades escondidas y camufladas en otros escritos. Amigos reciban un abrazo de admiración y respeto por regalar y compartir ese trabajo de calidad y que debe estar en los colegios de Colombia  o del Huila y Tolima. Y, por supuesto para leer estos escritores que nos descubre Palabra Viva y Carlos O. Pardo.

sábado, 21 de abril de 2012


Por Jairo Oliveros Ramírez
EL GRAFFITI

   Se trata de una expresión artística, de contenido político, sexual, jurídico, poético y agresivo que se manifiesta con el lenguaje urbano, el lenguaje de la calle.  

   Los graffitis son formas para expresar las cosas en países o  ciudades en donde es arriesgado expresar el pensamiento libremente; además, se ha convertido en una forma de comunicarse con los demás; es reseñar el pensamiento de manera libre y sin tapujos. Los graffitis  tienen un contenido social;  y son, al mismo tiempo las voces de los marginados porque invitan a reflexionar, a pensar.

Estos son algunos graffitis que se encuentran en el municipio de Pitalito, o en alguna parte de nuestro país.

DONDE HAY DUDA HAY LIBERTAD.

EL QUE TENGA LA ÚLTIMA PALABRA QUE TIRE LA PRIMERA LETRA.

LOS VALORES SE HAN PERDIDO, ATENTAMENTE LA BOLSA.

DONDE HAY DUDA HAY LIBERTAD.

SI PIENSAS TE MATAN.

EL SIDA ENTRÓ A USA, POR DETROIT; A MÉXICO, POR CULIACÁN Y A COLOMBIA POR MARIQUITA.


A VECES EL AMOR ES EL ARTE DE VESTIR Y DESVESTIR.

A LOS PASTUSOS SE LES INCENDIÓ EL CLUB DE LEONES Y NO DEJARON ENTRAR A LOS BOMBEROS PORQUE NO ERAN SOCIOS.

MI ABUELITO DEJÓ LA DROGA Y SE MURIÓ.

viernes, 30 de marzo de 2012

Una nota para recordar

Una nota para recordar

Por Jairo Oliveros Ramírez 

Este poema es para disfrutar y encontrar los recuerdos recostados en la memoria y para llevarnos a leer la vida de Dulce María Loynaz. Con ella para recordar la poesía como un lenguaje que nos permite rescatar el lenguaje de la vida y los sueños. Ahí dejo su poema.
AMOR ES...
Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:


Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...


Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...


Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...


Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...


¡Amor es resucitar!

viernes, 24 de febrero de 2012

Unas palabras en el camino
Por Jairo Oliveros Ramírez
Es interesante hallar text6os que se pueden compartir y ayuda a construir conocimiento y a proponer con el siguiente de Omar Ardila Murcia en su blog pensarcreayresistir.com




Libro Elogio de la anarquía

Pepitasde Calabaza es una de esas pocas editoriales españolas que ha hecho una apuesta decidida por darle la posibilidad de iluminar a escritos políticamente peligrosos, axiológicamente incorrectos y socialmente insurrectos. Por supuesto que no es difícil adivinar qué tanta presencia puede alcanzar dentro de los hipercircuitos de difusión y comercialización del libro, los cuales alimentan a diario festivales, ferias y librerías. El poderío de aquella editorial riojana radica, precisamente, en estar ausente de esos escenarios mayoritarios donde las líneas de pensamiento que las sostienen son las que conducen al unanimismo. Ese carácter de devenir minoritario le permite publicar un libro para elogiar la anarquía, tomando como referencia las polémicas sostenidas por dos particulares personajes chinos del siglo III, Bao Jingyan y Xi Kang (223 – 263), con importantes personalidades del mundo intelectual.

Gracias al juicioso trabajo de selección y presentación realizado por el especialista en cultura china, Jean Levi, y a la traducción y comentarios elaborados por el sinólogo Albert Galvany, hoy podemos enterarnos de algunas discusiones que tuvieron lugar durante las Dinastías Wei y Jin (Siglos III y IV) en el país oriental, del que hemos recibido tanta información desvirtuada.


La primera discusión es entre Bao Jingyan y Baopuzi. El primero es un oscuro personaje libertario del que apenas se encuentran referencias a través de Ge Hong, quien dice haber conservado algunas páginas de aquél. “De la inutilidad de los príncipes” es el tema de la controversia que sostienen; en ella, Jingyan asevera que hubo una sociedad anterior que no tenía príncipes, en la que el poder carecía de poder y por tal razón, era mejor que la presente. Justamente, fue la institucionalización del príncipe con su consabido vínculo celestial, la que trajo los problemas a la sociedad. Con agudeza y habilidad, poco a poco Jingyan va confrontando las posiciones de Baopuzi, las cuales están en contra del elogio de la “vida salvaje”. Sin embargo, la añoranza de las sociedades primigenias no exime a Jingyan de analizar la estratificación en que se encuentra, por el contrario, intenta ponerla contra las cuerdas, pues no cree en las bondades del supuesto bienestar de la organización presente, sino que más bien desnuda sus falsedades en tanto afirma ciertas verdades, muy distintas de las que han sido culturalmente aceptadas: “cuando en el mundo reinan la contrariedad y el desorden, aparecen entonces la lealtad y la justicia”. La intencionalidad de Jingyan es mostrar que puede haber una sociedad en mejores condiciones que las actuales, presentadas como definitivas y seguras. Por ello continúa con su tono esclarecedor aunque recurriendo a los interrogantes: “devolver a la vida un muerto provoca un entusiasmo sin límites pero ¿acaso no vale más obrar de suerte que no haya muertos?”.

En la época de Jingyan, existían seis tipos de “relaciones sociales”: soberano, súbdito, padre, hijo, marido y esposa. Para el discurso oficial, esta organización jerárquica era la que garantizaba la cohesión del cuerpo social, pero para el polémico personaje anti autoritario del siglo III, dicha estructura distaba mucho de aquella primigenia en la que no había príncipes ni vasallos, disputas ni rivalidades, honores ni ofensas, ni grandes aglomeraciones de personas. En fin, la apuesta de Jingyan es sin duda a favor del primitivismo, una de las vertientes que han acompañado permanentemente el devenir anarquista.

Dieciocho siglos después, y ante el arraigo cada vez más poderoso de las mismas “posiciones sociales” que denunciaba Jingyan, vale la pena retomar la polémica y acometer para que esas brechas experimenten la ruptura definitiva.


La segunda discusión tiene por título, “Sobre el carácter innato del gusto por el estudio”, y la sostienen Zhang Miao, un alto funcionario de una prefectura en el Noreste de China, fallecido en el 291, y Xi Kang (223 –263), un poeta y pensador destacado que hizo parte de los “Siete Sabios del bosque de bambú” (“círculo de amigos y de bebedores impenitentes”), quien mantuvo una posición irreverente, crítica e inconforme, lo que le valió la persecución, el encarcelamiento y la condena a muerte.


La posición de Zhang Miao conduce a presentar “el estudio” como una práctica que hace parte del fundamento más elemental del ser humano. Por el contrario, Xi Kang asegura que no hace parte de la naturaleza humana, sino que todo se debió a la ruptura propiciada por el surgimiento de la escritura, consistente en la necesidad de transmitir ideas. Con esta nueva dinámica comunicacional, se le estaba dando vida a divisiones entre los hombres, debido a la creación de categorías y clases, títulos y funciones, el fervor por la instrucción y la necesidad de discursos como el humanitarismo y la justicia. Con la instauración de estas prácticas, según Xi Kang, se conducía a disciplinar las conductas y a la búsqueda de la celebridad y del beneficio egoísta. Esta postura la ejemplifica recurriendo a una reflexión sobre un tema similar: “La bondad procede de la naturaleza humana pero la naturaleza humana no puede tornarse como bondadosa. La bondad, como el arroz blanqueado, es el resultado de la acción del hombre que completa desde el exterior la obra del cielo”.

La última discusión, “Sobre los efectos nocivos de la sociedad para la salud”, se genera entre Xi Kiang y Xiang Ziqi, el vicepresidente de la Cancillería Imperial, quien también hacía parte de “Los Siete Sabios del bosque de bambú”. La posición de Xi Kiang es a favor de la mesura tanto en el consumo de los alimentos como en la satisfacción de los deseos. Constantemente recurre a la enumeración de varios alimentos que aseguran una magnífica nutrición y la descripción de prácticas propicias para alcanzar la longevidad. En el fondo, busca remitirse a una sincronización del cuerpo y el espíritu como dos estamentos complementarios más no jerárquicos: “el cuerpo depende del espíritu para perdurar al igual que el espíritu requiere del cuerpo para subsistir”. Esta vía conduce al sosiego y a la impasibilidad, sin albergar amores ni odios, alegrías ni tristezas. El sosiego y la quietud constituyen el gran saber, y la gran armonía es el culmen de la felicidad; por el contario, son las necesidades creadas las que provocan la infelicidad. Pero el punto máximo de intensidad y complejidad se alcanza cuando Kiang retoma un antiguo pasaje del Zhuangzipara provocarnos con la esclarecedora paradoja: “¿no significa que la felicidad completa consiste en la ausencia de felicidad?”.

Finalmente, nos advierte las cinco dificultades que conspiran en contra de la nutrición de la vida: 1. No poder liquidar el renombre y el beneficio egoísta, 2. No poder desterrar la alegría y la cólera, 3. No poder expulsar los placeres auditivos y visuales, 4. No poder desactivar la inclinación por los ricos sabores, 5. No poder desocupar nuestra mente de cuitas y evitar que se disperse.

Por último, queremos resaltar la pertinencia de esta publicación, la cual logra revivir aquellas antiguas polémicas para confirmarnos que mientras existan las figuras autoritarias, siempre habrá espíritus libertarios dispuestos a levantarse.

Imágenes tomadas de la circulación libre en la red