sábado, 19 de septiembre de 2015

Por Jairo Oliveros Ramírez. De letras y aromas





Hay escritores impresionantes. Y los son porque cautivan con sus narraciones, poseen ese don de la escritura que han moldeado durante años. Pero más que eso son escritores con un trabajo persistente; de ensayo y error, de disciplina para entregar a los lectores un texto acabado. Narraciones que abarcan una cosmovisión, con personajes que alcanzan su máximo esplendor en la cima de la vida que alcanzan en una novela o en cuento o en una obra de teatro.

Y, existe ese carisma de los lectores, de nosotros que nos sentimos tentados a disfrutar un libro como un manjar, como si fuera un postre. La lectura de un libro para deleitarnos como si de gastronomía se tratara. Entonces un libro debe contener todos los ingredientes para que el lector se emancipe, crezca y evolucione como los mismos personajes. 

Pero más que eso, uno como lector disfruta un libro porque encuentra aquello que uno busca. Encuentra un estilo. Comparte unos conflictos que propone el texto. Se identifica con los problemas e ideología de los personajes. Uno se agrega a la vida del texto, sueña con el libro, se adelanta a los acontecimientos y muchas veces no sucede aquello que uno preveía. Ahí se manifiesta la grandeza del lector y el escritor. Tal vez esa sea una razón para considerar la lectura y la escritura como creación. Y en esa intensidad a las novelas y cuentos se les consideran obras literarias.

1 comentario:

yefri estiven vera morales dijo...

Profe felicitaciones por dar su opinión acerca de los autores y uno como lector.
att: Yefri Vera