TEMAS DE ANALISIS
Cuarenta Años de Internet.
(Por Santiago Villarreal Cuellar)
Por estos días se aprestan a celebrar los cuarenta años de uno de los descubrimientos más revolucionarios del siglo pasado, que conjuntamente con el descubrimiento del genoma humano, se constituyen en los mayores aportes científicos a la humanidad del siglo veintiuno. Se trata del descubrimiento del internet.
Fue a finales de octubre y principios de noviembre de 1969, cuando se estrenaron las primeras computadoras, provistas de las líneas de comunicación por internet, las cuales fueron utilizadas por el Pentágono en los Estados Unidos, solamente con fines militares. Fue allí y en el F.B.I., donde se instalaros las primeras redes, con fines de recolectar informaciones de inteligencia y confidenciales, lo mismo que establecer bancos de datos, códigos cifrados y toda clase de elementos necesarios para estos menesteres.
Fue solo a principios de 1980, cuando mediante acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, con Estados Unidos, Alemania Federal, Inglaterra, Francia, La Unión Soviética y Japón, decidieron comercializar este vital descubrimiento y colocarlo al servicio de la humanidad.
Sin embargo, los estimativos de los expertos de la cibernética no se cumplieron, pues proyectaban que en aproximadamente, diez o quince años, toda la humanidad disfrutaría de este vital servicio. Pero hoy, cuarenta años después de su descubrimiento, ni siquiera el cincuenta por ciento de los habitantes del globo terráqueo poseen un ordenador y mucho menos cuentan con red de internet.
No obstante, quienes tenemos acceso a tan sorprendente descubrimiento, sabemos de los inmensos beneficios que se obtienen, al internarnos a esa maraña de información contenida en las miles y miles de paginas web, abiertas al público. Sin contar, que hoy es más fácil comunicarse por internet en cualquier parte del planeta donde nos encontremos, que por teléfono, incluyendo ver la imagen de los hablantes en vivo y en directo.
Hoy hasta los niños de cinco años, quizá menos de esa edad, chatean con otras personas, gracias al internet. Muchos matrimonios se han consolidado gracias a este maravilloso medio, pero tengo la seguridad de que son muchos más los que se han destruido. Hoy existen millones de correos electrónicos, con lo que la antigua carta ya casi está en vías de extinción.
Las muchachas de ahora comentan tener "novios" en Alemania, en New York o en Moscú, así el bribón les este escribiendo desde cualquier pueblo vecino. Pero en fin, quien creyera que hoy se pudiera hacer el amor por internet, leer el periódico por ese medio y no solo los diarios locales, sino los de otros países, incluyendo la traducción de su idioma y hasta sacar recortes de los mismos. Pero también se pueden leer libros (aunque particularmente a mí me gusta seguir leyendo los buenos y malos libros en forma presencial), escuchar emisoras de radio de cualquier país de mundo, lo mismo que ver televisión y un sinnúmero de cosas más, por medio de internet.
Las legislaciones de las naciones, incluyendo las más desarrolladas en esa materia, hoy se quedan cortas para tratar de regular este prodigioso medio de comunicación, por lo que se ocasionan a diario muchos dolores de cabeza, tanto a los gobiernos, lo mismo que a usuarios en general.
¿Cuál será el futuro que le espera a internet? No lo sabemos, ni nos atrevemos a predecir a donde nos conducirá este manantial de conocimientos y servicios, pero lo que sí es seguro es que por ser una rama de la ciencia, cada día evolucionará más, lo que ocasionará que el ser humano del futuro recibirá mayores beneficios de los que disfrutamos hoy en día.
Lo que a mi juicio es cuestionable hoy, del servicio de internet, lo constituye su precio en nuestros países tercermundistas, pues mientras en Estados Unidos, un mes de este servicio cuesta a razón de dos dólares, en Colombia por ejemplo, ese mismo servicio cuesta veinte dólares mensuales, en promedio. Eso sin contar los monopolios que se conforman para encarecer el servicio.
Finalizaré diciendo, que con el aporte de este revolucionario descubrimiento, por parte de la ciencia de la comunicación, mejor no podríamos estar hoy.
Pitalito, octubre 29 de 2009.
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